En la antigüedad se trabajaba en equipo y se compartían los frutos de la labor. Luego se empleó el sistema de trueque donde se intercambiaban unas cosas por otras, ya fueran alimentos, materiales y utensilios, entre otros. Finalmente se inventó el sistema de moneda que a través del tiempo evolucionó y utilizamos en la actualidad. El dinero se ha convertido en un dios, pero eso es tema para otro escrito. Ya que el dinero es inevitablemente necesario en nuestro sistema de vida, debemos aprender a lidiar con éste.
Es de suma importancia que las personas aprendan a pagar por servicios profesionales prestados aún cuando sea de forma o en un ambiente cuasi formal como cuando se trata de familiares, amigos y/o conocidos. Esto es en ocasiones difícil en culturas donde el gobierno prácticamente te resuelve todo y no crea responsabilidades mayores aparte de simplemente cumplir con las leyes establecidas. ¿Te viene a la mente alguna cultura en particular? De hecho, hay quien argumenta que no se debe hacer negocios con familiares porque “siempre sales perdiendo.” En todo caso, lo importante es como dicen por ahí, dinero en mano y luego hablamos; fiao… Mmmmm! Es necesario establecer un precio fijo o ajustable de acuerdo a las particularidades del caso. Esto le da de inmediato la formalidad necesaria al asunto para que cada parte se sienta responsable y se involucre en el trabajo y metas establecidas con mayor compromiso. Ambas partes se benefician de esto al cumplir responsablemente con su parte del negocio y recibir el servicio o el bien o remuneración económica establecidos.
Es importante además, aprender a cobrar por servicios prestados. Comprender y reconocer que el trabajo vale; tiene un precio. Que usted estudió y trabajó fuerte para adquirir el conocimiento, la práctica y un nuevo y mejor estatus social; profesional. Hay quienes dicen “yo soy bueno pa’ vender pero después no sé y se me hace difícil cobrarle a la persona." Créanme, si no le cobras, probablemente "se hace el loco" o loca (como decimos en PR) y no te paga nunca. ¿Te ha pasado alguna vez? Existe una línea muy fina entre no cumplir con tu parte del trato y robar, o son acaso la misma cosa.
La gente paga (bajo protesta en ocasiones pero paga) a un médico, plomero, albañil, abogado y muchos otros profesionales por sus servicios. ¿Por qué no a ti? También eres un profesional cualquiera que sea tu línea de trabajo.
Es bueno establecer un precio igual dentro de la misma y específica profesión aunque sería difícil en algunas de estas cuando incluyen especialidades y/o servicios exclusivos. Por ejemplo, en la profesión del masaje terapéutico es prácticamente ley cobrar un dólar por cada minuto. Los abogados establecen que aparte de los honorarios regulares se quedan también con el 33% del monto total de una demanda ganada.
Aunque por supuesto, puede haber personas que no estén de acuerdo, como quiera terminan accediendo a los cargos porque es lo establecido en la profesión. Todos “deben” cobrar igual. Así, que es una situación donde lo tomas o lo dejas; y si lo dejas… probablemente pierdes. No existe otro remedio o alternativa.
Volviendo entonces al hecho de valorarte y valorar tu trabajo, esfuerzo y servicio es necesario tomar un poco esa actitud de “lo tomas o lo dejas.” Claro está, es cuestión de cuidar de no llegar al extremo de morirte de hambre, sino de cultivar un poco una actitud de flexibilidad, comprensión y compasión.
Flexibilidad y comprensión para tener la habilidad de colocarte en los zapatos del cliente, entender su pobre situación económica (si fuera el caso) y establecer un precio accesible y razonable para ambas partes sin que disminuya o afecte la calidad del mismo buen servicio. Esto puede ser de forma temporera hasta que la situación mejore. A menos que sean casos especiales, comunidades de bajos recursos y otros donde participas y ayudas a bajo costo o pro bono de forma voluntaria; lo que es también muy satisfactorio.
Actitud de compasión porque, primero: es una actitud de servicio y ayuda que te ofrece alegría al corazón y un sentir de que eres útil y aunque no se debe estar pendiente de que beneficios aporta cuando haces un favor, es un acto muy auspicioso ante el universo. Segundo: recuerda que precisamente con pasión (similar a compasión) fue que soñaste, estudiaste y te convertiste en ese profesional que eres hoy. Hiciste todo esto con el fin de trabajar y ganar tu sustento. Por lo tanto con pasión, continua luchando por tus sueños de una mejor vida y hasta que lo consigas, ¡VALORATE Y GANA!
Autor: Coach Luis Marrero Merced, CPC, LMT, IACM
Te esperamos dentro de dos lunes con el próximo tema de nuestra serie especial ¡¡VALORATE Y GANA!! Visítanos con frecuencia, participa y comenta de nuestros escritos. Pasa la voz a todos tus contactos de correo electrónico y redes sociales como Facebook, Twitter y otras. Los esperamos a todos con los brazos abiertos. ¡Formemos una gran familia y red de apoyo!
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Es de suma importancia que las personas aprendan a pagar por servicios profesionales prestados aún cuando sea de forma o en un ambiente cuasi formal como cuando se trata de familiares, amigos y/o conocidos. Esto es en ocasiones difícil en culturas donde el gobierno prácticamente te resuelve todo y no crea responsabilidades mayores aparte de simplemente cumplir con las leyes establecidas. ¿Te viene a la mente alguna cultura en particular? De hecho, hay quien argumenta que no se debe hacer negocios con familiares porque “siempre sales perdiendo.” En todo caso, lo importante es como dicen por ahí, dinero en mano y luego hablamos; fiao… Mmmmm! Es necesario establecer un precio fijo o ajustable de acuerdo a las particularidades del caso. Esto le da de inmediato la formalidad necesaria al asunto para que cada parte se sienta responsable y se involucre en el trabajo y metas establecidas con mayor compromiso. Ambas partes se benefician de esto al cumplir responsablemente con su parte del negocio y recibir el servicio o el bien o remuneración económica establecidos.
Es importante además, aprender a cobrar por servicios prestados. Comprender y reconocer que el trabajo vale; tiene un precio. Que usted estudió y trabajó fuerte para adquirir el conocimiento, la práctica y un nuevo y mejor estatus social; profesional. Hay quienes dicen “yo soy bueno pa’ vender pero después no sé y se me hace difícil cobrarle a la persona." Créanme, si no le cobras, probablemente "se hace el loco" o loca (como decimos en PR) y no te paga nunca. ¿Te ha pasado alguna vez? Existe una línea muy fina entre no cumplir con tu parte del trato y robar, o son acaso la misma cosa.
La gente paga (bajo protesta en ocasiones pero paga) a un médico, plomero, albañil, abogado y muchos otros profesionales por sus servicios. ¿Por qué no a ti? También eres un profesional cualquiera que sea tu línea de trabajo.
Es bueno establecer un precio igual dentro de la misma y específica profesión aunque sería difícil en algunas de estas cuando incluyen especialidades y/o servicios exclusivos. Por ejemplo, en la profesión del masaje terapéutico es prácticamente ley cobrar un dólar por cada minuto. Los abogados establecen que aparte de los honorarios regulares se quedan también con el 33% del monto total de una demanda ganada.
Aunque por supuesto, puede haber personas que no estén de acuerdo, como quiera terminan accediendo a los cargos porque es lo establecido en la profesión. Todos “deben” cobrar igual. Así, que es una situación donde lo tomas o lo dejas; y si lo dejas… probablemente pierdes. No existe otro remedio o alternativa.
Volviendo entonces al hecho de valorarte y valorar tu trabajo, esfuerzo y servicio es necesario tomar un poco esa actitud de “lo tomas o lo dejas.” Claro está, es cuestión de cuidar de no llegar al extremo de morirte de hambre, sino de cultivar un poco una actitud de flexibilidad, comprensión y compasión.
Flexibilidad y comprensión para tener la habilidad de colocarte en los zapatos del cliente, entender su pobre situación económica (si fuera el caso) y establecer un precio accesible y razonable para ambas partes sin que disminuya o afecte la calidad del mismo buen servicio. Esto puede ser de forma temporera hasta que la situación mejore. A menos que sean casos especiales, comunidades de bajos recursos y otros donde participas y ayudas a bajo costo o pro bono de forma voluntaria; lo que es también muy satisfactorio.
Actitud de compasión porque, primero: es una actitud de servicio y ayuda que te ofrece alegría al corazón y un sentir de que eres útil y aunque no se debe estar pendiente de que beneficios aporta cuando haces un favor, es un acto muy auspicioso ante el universo. Segundo: recuerda que precisamente con pasión (similar a compasión) fue que soñaste, estudiaste y te convertiste en ese profesional que eres hoy. Hiciste todo esto con el fin de trabajar y ganar tu sustento. Por lo tanto con pasión, continua luchando por tus sueños de una mejor vida y hasta que lo consigas, ¡VALORATE Y GANA!
Autor: Coach Luis Marrero Merced, CPC, LMT, IACM
Te esperamos dentro de dos lunes con el próximo tema de nuestra serie especial ¡¡VALORATE Y GANA!! Visítanos con frecuencia, participa y comenta de nuestros escritos. Pasa la voz a todos tus contactos de correo electrónico y redes sociales como Facebook, Twitter y otras. Los esperamos a todos con los brazos abiertos. ¡Formemos una gran familia y red de apoyo!
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